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REPÚBLICA DOMINICANA

POBLACIÓN: 10,77 millones

DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA: 

Población Rural: 20,2% Población Urbana: 79,8%

POBREZA:  

Pobreza. Indigentes: 17,9%  Pobres, no indigentes: 19,3%

SUBALIMENTACIÓN:  12,3%

PIB US$ a precios actuales
68.103 millones(2015)

EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN

EN REPÚBLICA DOMINICANA

República Dominicana cuenta con una población de 10,77 millones de habitantes. Esta isla ubicada en el Caribe, diverso étnicamente es mayoritariamente urbano con el 79,8% de su población, y el 20,2% rural. Tiene un índice de subalimentación del 12,3% y un índice de pobreza del 37,2%, de la cual el 17,9% de esta población vive en pobreza extrema. República Dominicana reconoce de forma explícita, en su Constitución Política de 2010, el derecho a la alimentación, señalando en su artículo 61 sobre el derecho a la salud, que el Estado debe velar por la salud de todas las personas, el acceso al agua potable y el “mejoramiento a la alimentación”; lo cual se ve complementado por el artículo 54 sobre seguridad alimentaria, el cual posiciona al Estado como proveedor de los medios necesarios para la producción de alimentos y materias primas de origen agropecuario, para aumentar la productividad y garantizar la seguridad alimentaria (CELAC, 2017).

¿Quiénes participaron de los Diálogos Hambre Cero?

En República Dominicana se realizaron 15 Diálogos Hambre Cero, con una predominante participación de niñas y mujeres, 58% y también una nutrida participación de niños y hombres, que fueron el 42% de los participantes.

El grupo poblacional que más participó en los diálogos fueron niños, niñas y jóvenes (139), seguidos de los adolescentes entre los 25 y los 35 años (79 participantes). República Dominicana es a la fecha, el país donde más se han realizado diálogos Hambre Cero.

  1. ¿Qué significa ser la Generación Hambre Cero en el 2030?

Para los participantes de los Diálogos Hambre Cero en República Dominicana, ser la generación hambre cero significa garantizar el acceso a los alimentos a toda la población sin distinción de situación económica, etnia o condición, que posibilitaría mejores condiciones de vida, de salud, generar justicia social, así como el cierre de brechas de inequidad y desigualdad. Parte de garantizar el acceso al agua, a los alimentos de calidad de forma digna para las familias o la lactancia materna al inicio del ciclo de la vida.

Ser la generación Hambre Cero implica un empoderamiento como ciudadanos para el consumo responsable y el compromiso de los Estados para desarrollar políticas públicas y programas con enfoque de derechos, para erradicar el hambre de los países, generando cambios en el sistema para garantizar la nutrición, la producción y consumo responsable y de forma sostenible con el medio ambiente; esto implica una articulación con diferentes actores para trabajar colectivamente por este propósito global. Es una oportunidad de ser gestores de este cambio estructural, a partir de la suma de compromisos locales.

2. ¿Qué acciones tenemos que impulsar para lograr superar las limitaciones u obstáculos y ser la Generación Hambre Cero?

Los participantes de los diferentes diálogos realizados en República Dominicana reconocen inicialmente como limitaciones y obstáculos para la seguridad alimentaria principalmente: la desigualdad social y la pobreza, la ausencia de programas para el fomento de la agricultura, la situación de indocumentación de la población haitiana que aporta con su trabajo a la construcción de país, discriminación, la no tenencia de la tierra, la falta de formación, la corrupción; la débil voluntad política de actores gubernamentales, falta de políticas pertinentes para fomentar el empleo y los emprendimientos que redunden en la seguridad alimentaria de la población, el uso irracional de los recursos ambientales, las altas brechas de inequidad, las desigualdades de género; prácticas inadecuadas de consumo; entre otras.

En este sentido, para superar estas limitaciones y obstáculos, se proponen como acciones a impulsar: la formación en todos los niveles, sectores y grupos poblacionales, sobre la importancia de la seguridad alimentaria y nutricional, el fomento de buenas prácticas y su traducción en políticas públicas que respondan a la realidad de la isla.

Como parte del consumo responsable, se deben diseñar e implementar políticas públicas de seguridad alimentaria y nutricional, por ejemplo, para promover la producción adecuada de los alimentos, a nivel local y con calidad, posibilitando la dinamización de la economía y el consumo responsable, que comprende el reconocimiento de prácticas tradicionales como el trueque, los intercambios y las economías solidarias.

Ejercer la ciudadanía, implica participar activamente en los procesos que nos involucran a todos y a todas, y la erradicación del hambre es un derecho fundamental; por tanto, debe generarse conciencia para no abrir espacios para que, desde la política, los líderes y lideresas generen corrupción con los programas de seguridad alimentaria, ni se convierta en una estrategia de las campañas electorales. Hacer control social es parte de la tarea de todos y todas.

La comunicación juega un papel fundamental en las dinámicas de consumo, evidentes desde la infancia hasta la adultez mayor, por tanto, es una herramienta que se debe potencializar para promover hábitos de visa saludable, de consumo responsable de los alimentos, de producción limpia y responsable con el medio amiente, de uso adecuado de desechos, de consumo local, entre otras prácticas que protejan el derecho a la seguridad y la soberanía alimentaria en República Dominicana.

3. ¿Qué compromisos podemos asumir?

Como compromisos a asumir, los participantes de República Dominicana coinciden en la importancia de reconocer el actuar personal y transformar las prácticas inadecuadas hacia comportamientos de producción y consumo responsables, para promover desde el ejemplo, la seguridad alimentaria y nutricional, desde la infancia y los diferentes ciclos de vida.

 

El despliegue de políticas públicas integrales para la garantía de la seguridad alimentaria es necesario, por lo que los participantes de los diálogos Hambre Cero se comprometen a participar activamente en propuestas a los gobiernos y tomadores de decisiones, para que promuevan estrategias que fomenten la agricultura, articular con la academia para realizar investigaciones y promuevan estudios para el desarrollo de la agricultura y producción de alimentos; el fortalecimiento de centros de atención primaria en salud; la generación de empleo digno; entre otras.

 

El derecho a la identidad como reconoci.do es fundamental, en tanto posibilita poder ser reconocidos como ciudadanos dominicanos y acceder a los derechos que el Estado pueda garantizar a través de los diferentes programas para la población, entre ellos, de la alimentación a los niños y niñas, jóvenes, mujeres, adultos y mayores. La migración no puede ser un condicionante para la garantía de los derechos de las personas.

 

Implementar y promocionar prácticas para la seguridad alimentaria, tales como: la lactancia materna en el primer ciclo de vida; la agricultura colectiva, como huertas caseras y escolares; el cuidado del medio ambiente (recursos hídricos, manejo de residuos); así como el fortalecimiento de capacidades instaladas en los agricultores, pequeños y medianos productores.

 

Fortalecer la sociedad civil es un paso hacia un ejercicio responsable y ético de la ciudadanía, por eso el compromiso de seguir empoderar nuevos liderazgos para participar activamente en los espacios de toma de decisiones en temas que afectan a la población, como la seguridad alimentaria y nutricional, y generar e implementar propuestas que puedan desarrollarse desde cada territorio para la erradicación del hambre y cumplir la meta de la agenda 2030.

Archivos descargables de los Diálogos Hambre Cero

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