Las personas participantes guatemaltecas consideran que falta concientización frente al consumo desproporcionado, y los impactos en la calidad de vida de los pueblos. No hay incentivos para la producción nacional, pues falta inversión en la agricultura nacional, y regular las importaciones de alimentos y los costos de comercialización; de la mano de una reforma agraria, acorde a la realidad del país, y que posibilite el cierre de brechas de inequidad.

3. ¿Qué compromisos podemos asumir?

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Asumir la responsabilidad de participar activamente en la elaboración de leyes del Congreso, y estrategias como la protección de las semillas y el fortalecimiento de la agricultura propia de los pueblos para garantizar la soberanía alimentaria, para proteger además a los campesinos y campesinas se ven obligados a trabajar con tierras y empresas privadas; ello implica la promoción de políticas reales de distribución equitativa de la tierra.

Desarrollar estrategias locales como programas de la juventud para crear huertos familiares, promoción de la importancia de una alimentación balanceada, fomento de huertas escolares, promover campañas para proteger la soberanía alimentaria en las comunidades. Guatemala cuenta con tierras aptas para potenciar la agricultura, por lo que se considera importante promover su uso a fin de disminuir el hambre y la pobreza, así como las altas tasas de desnutrición crónica infantil, problemática que a la fecha ubica a Guatemala en el primer puesto a del índice de desnutrición en Latinoamérica y el tercero a nivel global.

Estas estrategias podrían promoverse de forma amigable con el medio ambiente, Como partido político, el compromiso con promover la Generación Hambre Cero, conlleva seguir participando activamente en la política, movilizando nuevos liderazgos, generando espacios de participación crítica y abierta, reconociendo y aprendiendo la Cosmovisión Maya, promoviendo las prácticas de producción y consumo justos, incentivando el consumo de productos y mercados locales.